lunes

Recogimiento

En el último piso, acude a su homicidio
Paloma sacude los insectos de sus ropas
Ahuyentando el aire sostenido en su susurro
Su palabra se deshoja en hálito de otoño

Se destilan de sus ojos las angustias
Dónde gotean aguardientes de dolor
En rocío azucarado que desborda
El continente azulado en su mejilla

Si bailara, dejaría a los faroles en trance
Con su abismo ojal semiabierto y brillante
Como una perla negra en su concha dormida
Destellando un brillo aún inocente

José, se desliza entre sus palmas como un gato
Acurrucado en el instante de sus vellos
Sus mejillas se electrizan al contacto
Y proyectan su hedonismo en un bolero

Ahora ríe, y sus insectos se alborotan
Convirtiendo las paredes en escamas
Que copulan en espasmos musicales
Y desnudan su alegría en remolinos

Luego, Paloma se aproxima
El puñal se improvisa en su derecha
Y su izquierda aprueba impaciente
De matar el amor y esconderlo

Entonces las escamas enrojecen
Y las grietas de los muros la delatan
El amor ha muerto entre sus dedos
Y descansa en obituarios inconscientes

Ambos desangrados en el piso
la Pensión en Oriente se clausura
Hasta dar con el vivo que se atreva
A llevarse entre sus yemas la espesura

Empeezar a correr

¿Serán los días, de finales de una era,
de un mes, de un sortilegio?, que han hecho
arrancar el polvo destellado con lo pies
desolando la propia huella en el despegue

Cuando la vida se nos viene persiguiéndonos
Lo que buscamos toda la vida, la vida
que buscamos viviendo, a punte corrida
se nos va corriendo lo vivido, lo vívido

Surgen las ganas de correr, de salir corriendo
De dejarse vivir, y vivir dejándose, dándose
permiso, para tratar de vivir, sin parar, pero
también sin correr con el apuro de que la vida

Nos alcance y nos mate del miedo...

Que nos vea por encima del hombro
Que nos burle al derrotarnos
Que nos sacuda la cabeza
Ninguneándonos...

Así verificaremos
Que no corrimos
Con la mejor suerte
Y de tanto correr
O deambular de amores
Y pasiones
Se nos desgastaron
Los látidos, las horas, los días
Y sobre todos ellos
La vida misma.

Suposición

Dejé lo pasado
Rezongando al imposible
Y buscaba en tu boca
Sólo aliento de palabras
Te supe viva
Aunque en soledades
Te supe extinta
Y jamás reconocible

¿Dónde queda el adiós
reiterado sin postdatas?
Del que en ira me rebelo
Que en coraje recupero
Sin preguntas
Se supone
El recuento de palabras
La trinchera de mis uñas

Arañando tu muro
Que hasta ahora nos divide
Que nos da decidiendo
Que nos da despidiendo
¿Hasta cuándo este fraseo
En mayúsculas a gritos?
Como diciendo: "Tonto,
que no entiendes:

la amistad caduca,
como el amor hasta morir,
como el camino para dos,
como el alma en los labios
Borra atrás al pasado
los libros perdidos
las citas citadas
y las cartas a mano"

Un adiós es un adiós
Lo digo ahora y mil veces
Desde ahora y hasta el fin
Del final de los adioses
Que se atiborran en mi boca
Como ratones infelices
De tiritar ya cansados
Que se hunden en mi vientre

Y que explota en este mar
De angustia ignorante
De saber que fuiste
Y de saber que estarás
Recogiendo la alianza
Perdonando inconvencida
La atadura doliente
De tus noches de agonía

No te pedí, partir de tu partida
Ni seña, ni rastro
Ni respuesta inmediata
A mis palomas y estrellas
Que ahora guardo por ti
Sólo una amiga
Que no crea que sabe
Lo que digo en mi poema

En la trama del supuesto
Nos estrellamos siempre
Debo aclarar, la garganta
El desatino, la mentira
Aunque ya caducamos
Como amigos o colegas
Siento pena contigo
Y será para siempre

domingo

Sin razones

El recodo de la esquina
La vereda, los umbrales
Aplaca a borbotones
La hoguera que flamea
A los aún flamantes
Recuerdos encendidos

Ahi resurgen
Del beso aún
Al rojo vivo
Los labios que amantes
Se rebelaron valientes
De cualquier imposible

Y fue justo
Luego de enjugar
Con saliva el cielo
Que tuvimos que abrazar
Los abismos personales

Y sin salida
Y sin despegue
Nos embarramos en barro
Modelando las vasijas
Donde ahora pernoctamos

Cada noche, cada insomne
Ovejas numeradas
Desfilando en bocanadas
O disueltas en lágrimas

Vientre de diamante
Hielo, escarcha y nieve
Escupiendo ratones
Tiritantes, gélidos
De soledad infranqueable

Caída eterna al vacío
Suicidio en coma interminable
Montado en el regazo
De soledad desbocada

Borrachera en llanto
A medio sol y luna llena
Catársis de ausencia
Recitada en un nombre

Duplicado inimitable
De los posibles amores
Vaya, siempre imposibles
Y el anhelo inconsolable

Que se van, sin explicaciones
Más que las que dan
Amordazadas en las solapas
En mitad del último abrazo

O del último tango,
o del último bus
En espera de exhalar
Este último aliento

Que nos deja quietos
Fríos y latentes
Mientras poco a poco
Prendidos se extinguen

lunes

No me azularé

Debo claudicar
Al intento vano
De enterrarme en al fango
De sus azules hordas

Debo resignar
Mi alma al futuro
Cerrar los baúles
De memorias celestes

Debo partir
Con mi traje y elegancia
Para armarme un epitafio
Que subsista mi muerte

Debo decir
Estampando en mi frente
La mayor fortuna:
"Mis historias de juguete"

Debo voltear
La sábana en nostalgia
Y beberme a sorbos
El que fui hasta entonces

Debo sublevarme
Contra el parco horario
Hasta el mismo cansancio
De mis horas livianas

Debo alivianarme
Y romper el paso
Del fantasma que trasnocha
En esta cuna de amianto

Debo inflamarme
Hasta el crepúsculo en monte
Desperdigarme en estrellas
Para velar tu horizonte

Debo descifrar
Esta incansable espera
Para embarcar el espectro
De tu sombra en mis talones

martes

Embaucado

Renza camina
Desdoblando el paso
Agitada, insomne
Toma un café aguardando
Su destino terminal y pasadizo

Otro encuentro
Ironiza su existencia
Recitando sinsentido en sus libretos
Se persiguen en el fondo de una copa
Y coinciden blanco y negro entre sus sombras

Reconstruyen
La rendija que devela la cortina
Un rezago de futuro solidario
Y se vuelven a la cama sin remedio
Entre sexo, poco verbo y escocés
Con la alianza pesimista de sus vidas

Te amo
Suena rancio
Innecesario
Se te vuela
Se te sale
Se deshace en el aire

El embauque sobre el paño es una cita
Con la muerte en carambola
Trueque incierto con la muerte o la vida
Ganancia insalvable
La vida perdida en la partida
La vida partida en el puñal

Te quedó el carácter "Eddie fast"
esa herida que algún día postergaste
Ahora juegas contra nada ni con nadie
Tu oponente juega dados con tu ruina
Cuando quisiste embaucar
El amor te ganó la partida

Amarilus

Zarpa la bohemia en trance y tránsito
A arrebolar entre danzas, su canto.
Parto el vino y reparto el porro
Como la mies, y de su sal recojo el sueño
¿Para qué?
La noche está de adorno en la intemperie
se interpolan las alquimias sensoriales
con almíbar de sudores empollados
verbigracia del delirio colectivo
en el tecma individual y redundante

Amanece más temprano
El amor se adormiló entre los moteles
La ilusión se evaporó en los reflectores
En jabón de cortesía sin estreno
En paquetes de pasión encapsulados
En sandalias cenicientas incalzables
Soledad intermitente en la pasión
En vasijas recogidas de momentos
Soledad regresa a casa más inquieta
En la acera escupe ansias su pasado

miércoles

No me siento

Ya no me siento
Aludido en tu voz
Debo suponer que hay miles
De epitafios escritos recientes
En las líneas de tus palmas
En los cortes de tus plantas
Y sería demasiada
prosa, ingenuidad o despiste
Suponer que este alfiler, que soy yo
Se perdió de nuevo en tus cenizas

Acá...
al costado de mi umbral
hace un buen instante
que se apagaron los adioses
que los faros se agotaron
de recopilar despedidas

Seguramente vuelas
a reunirte con tus hadas
con tus duendes y montes
azules o verdes, gélidos o candentes
tan ajenos de mi estrecha
vereda gris transeúnte

Olvidé prepararte
Un tropezón en tu ruta
La pócima asesina de memorias
Los colibríes disueltos en mi tinta
La última tarea de tu vida
El primer vuelo en desnudez
El único tango en los labios
La alegoría del nunca en un baile
Y el abrazo que debí darte
Apretando duro el desencuentro

En alguna carta pedías
Que mucho no te nostalgie
Y en trocitos se me escurren
De los hombros y el cabello
Las fracciones de tu instante
Que es más tuyo que mío
No pude franquearlo como tú
Tanto así de fácil

Tranquila...
Ten la certeza
Sin suposiciones
De que yo desde hace rato
Ya no me siento aludido
En ninguna postdata
Ni en las citas o frases
Que me deja entre migajas
Tu telegrama en mi portal

Sólo las tomo
Como pretexto o motivo
Para albergar mis estrofas
Para encontrar sur o este
Porque tengo la certeza
Que yo no soy el aludido
En las canciones de tu nombre

sábado

El legado de Sumpa

Siguen espiando
con la eternidad en trayecto
La agonía a milésimas
de segundo en su contacto

En el filo del cansancio, Adoum pregunta:
¿Cuál de los dos murió primero?
Y no apunta de la tierra que rodea
Los espasmos detenidos en el tiempo
Incrustados con escarcha entre la arena
Que mantuvo conservando este fragmento

Entre el polvo que sacude las orillas
De la cueva tabernáculo de idilio
Se esparcía hasta los Andes la vehemencia
A encontrar en otros cuerpos el exceso

Al final del funeral de la ceguera
Se colgaron de sus ojos sus pupilas
Donde puede recrearse este epitafio
En los fósiles azules de las eras

La semilla que dejó entre los espacios
De las letras conjugadas en su hoguera
Se enterraron de rebote en su regazo
Gorgotearon en su cama las ausencias

Se reinventa el horizonte de su almohada
Ajustando los relojes pendulares
A la espera del abrazo en lejanía
A pulgadas de su lecho agazapadas

Al vaivén de sus secretos e intuiciones
Reiteraban con los actos el anhelo:
Ser, tener entre sus labios
Hasta el punto de salida de sus fines

Recostado vaticina, el vacío en el paso
ella llega como espectro, atraviesa estallándolo
Desplegando con sus piernas como un ave la tarde
Sobre el cándido goteo, en las ingles afirmadas

Anidada en su pelaje ella dispersa como hormigas
Conquistando territorios en la carne
Enquistándose, represando el desahogo
Absorbiendo en sus pulmones todo aliento

En ocaso desbordado en movimiento
El azul de las montañas los abriga
Y la arena los entierra entre las migas
Que dejaron salpicadas en el aura

Sobre vellos de algodón ahora se espuman
Los sudores que este pálpito sacuden
El sabor de los susurros se dilata
Abrigando el pabellón con un arrullo

Embalsaman esos cuerpos sostenidos
Aliento, ligereza, susurro y carne
Y la muerte los sorprende en el intento
De repetir el mismo acto en esqueleto

jueves

Mancha

Tengo percudido tu rastro
En el patio delantero de mis ojos
tengo impregnado tu rostro
en el ático nocturno de mi almohada

Y no hay forma de limpiarlo
ni tampoco despegarlo
mejor lo resigno
a dejarlo adherido
en el costado izquierdo
alrededor, abrazando
el amor confeso de mi solapa en fuga

Esperando

No pudimos quedarnos esperando
que nos lleve de raíz el huracán
para elvarnos de nuevo
de nuevo a ningún lado
y desroscarnos los ojos
y en total oscuridad
salvarnos a tientas del mundo
despojando el horario

No pudimos esperarnos y quedar
en algo simple que nos encuentre
humanos como muertos
abiertos como envueltos
levitación en abrazo
despegue en beso
despojándonos las hojas con el viento
deshojando los versos en los dedos

No esperamos y quedamos sin poder
arrojarnos de las bocas los ratones
rebuscarlos por la espalda
cosquillearlos en las nalgas
escribir los epitafios en la piel
redactarnos el destino haciendo huella
de la mano, codo a codo, de costado
abrigando con silbidos el futuro

Así mis palmas quedaron
Con anhelo de poder
econtrarme con las tuyas esperando

Muriente

Si decido morir, muero
me deshilo del fatal titiritero
Me destierro de los vivos por volver
A morir desangrado en la muralla
Que interponen cofradías centinelas

Muero, morando en mi marasmo
De recelo, desprecio y vanidades
Muero y cansado agonizo de regreso
Mientras leo tu verdad enmascarada:

Que no llego ni a los vidrios en tus pies
Que no alcanzo ni la estela de tu vuelo
Que muriendo quince veces y viviendo
Quince vidas no sadría desifrar:

¿Laberinto o telaraña?
¿Absolución o pecado?
¿Desamor o desperdicio?

Y tu muro que no logra de una vez
Caerseme del todo de los hombros

Sin tareas

No hay tareas en los días
Solitarios de tu ausencia
No hay deberes ni derechos incumplidos
De tu boca sólo queda la inocencia

No pretendo amordazar tus anulares
Dedos libres con alergía de rituales
No interesa que las cumplas o que llames
A mi puerta, cada vez o cada tanto.

Sólo aguardan estos brazos infantiles
Sólo espera mi nostalgia en su jauría
Minuciosa reperchando las palabras
De tu azul, bucal aullido en mi ventana

Si te vas, relámpago en fuga de luna
No te vayas sin morirte de la mente
Al final del arco iris en tu vientre
Mojaré mi desamor en tu mandala

Si el camino se te sale de los pies
Difumina tu dolor con mi fraseo
Desaullenta las heridas de los vidrios
Incrustados, depresivos en tus plantas

Si tus ojos se pernoctan en los versos
Que te dejo como espuma en tu ensenada
Dame un signo, contraseña o talismán
Que me lleve de regreso a tu morada

miércoles

Envoltura

Donde se agita el alma
Donde se abisma la luz
Donde se estira la piel
para envolverlo todo

Donde el aroma inunda
y te sostienes con los labios
de su boca que tiembla sosteniéndote

Ahí,
donde se agotan los segundos
A cada sorbo de deseo

Ahí,
te encuentro,
te espero
Informe, pálido, eterno

31/12/07

lunes

Fuera de todo

Noche extinguida en luz azul
saturada en su halo violáceo
Cinco treinta,
horizonte inefable
trayecto implacable
del bagaje horario

Se despegan los labios
hasta las comisuras
Lengua salivada
Sudor azucarado
Retención serpentina
De la esquina en sueño

Arrinconando el onírico
faldón molino de deseos
el corazón en impulso
se desborda en géiser
péndulo sólo de ida
almohada de un sólo retorno.

miércoles

EN RESPUESTA

Partiendo de la estrofa
Que dividió tácita los rumbos
Me promulgo reiterando los adioses
Compilando los ratones de tu infierno

Sufro las lágrimas
Y me disuelvo en orquídeas
Que parió la semilla entre tus dientes

En tu miedo desespero
Y remiendo tu agonía con espasmos
Que pernoctan en preguntas sin respuesta

A la par de tu nada me agoniza
El fracaso que intentaba alumbrar ese vacío
De guardarnos los espacios del destino

Retomé las palabras como un réquiem
Con crueldad, furia, gozo y desencuentro
Muero y vivo en cada huella que descifro

En el muro que pusieron
Las amargas tretas crudas del destino
Tu naufragio, mi rutina, los cansancios

Se borraron pasos
Se secaron besos
Se apagó el deseo
Se anudo de más el lazo

Me caí en tu adiós
Y no estaban tus brazos
Anticipé mi lápida
Divagando tus labios

De igual manera
Instantánea, rápida
Se extinguió tu nombre
y tu lástima se excusó de mi enanez
El desgano se filtró en tu ventana
Para matar sin piedad mi niñez

Prefiero esfumarte
Mata mi cordura el recuerdo
Inexplicable de tu huída
Que agotó las esperanzas de nacer.

domingo

Como volviendo

Retomar el camino
La noción, el espacio
El punto de partida
Cambiar lágrimas
Y alfombras vejadas
Por flores y mistelas
Por bailes y licor
Pausados en olvido
Abrigando horizontes

Absolver el futuro
Del pecado pasado
Anticipar los pasos
Arrojarlos en ritmo
El reloj sigue
Empañando compañías
Y se ajusta al horario
Sin filtrar más soledades

Morder cosquilleando
Los ombligos infantes
De la propia incomparable
Carne, hueso y porvenir
Improvisando juegos
Ilusiones o venturas
De la mar y su borde nutridas
El sur o norte navegando
Siempre está, nunca se mueve

Así, como diciendo
De esta forma o manera
Lo propicio nos enfrenta
Lo contrario nos afecta
Y que importa la secuencia
Repetida de vivires
Transeúntes del espacio
Sin rastro ni seña
Que se jactan de morales
Poseídas por herencia

Es que vinimos parcos
A servir de espectadores
De la escena sin sentido
Que gobierna en nuestra ruta
Que pernocta en nuestra mesa
Que nos cobra la receta
Que nos quita los insomnios
Embocando nuestra boca
Con discursos revueltos
En fracasos confesos

Ahí les dejo candidatos
A lo mismo de siempre
Yo me quedo mordisqueando
Los ombligos abismales
Merodeando irreverente
Mis orillas fugaces
De mis vidas satélites
Adecúo el calendario
La semana, el obituario
De los muertos en vida
Que todavía se me escapan
Como arena de los dedos

Sólo queda mordisquear
Mientras sólo se pueda
Los ombligos infantes
Para dormir en su abismo
Para soñar en sus voces
Que arrullan mi desvelo
A golpe de instantáneas
Que pernoctan en mi cama
Que sacuden en mis lienzos
Los colores
Las notas
La memoria

De que vivo buen vivir
Por vivir para verlos
En su abismo reluciendo
Como estelas polares
Embriagados de tierra
Acunados en el mástil
De sus nuevas aventuras
Pequeñas, de oropel
Infinitas de papel
Que me asaltan atrevidas
En mi mundo suspendido

jueves

Un adiós, es un adiós

Un adiós es un adiós con una vía
Intransferible, personal, irrepetible
Numerosas despedidas heredadas
Que cansadas de agotarse y adherirse
Desembocan en la palma de una mano

Un adiós es un adiós en consecuencia
Platonismo que evidencia lejanías
Es suricir con decisión inconciliable
Los retazos recogidos del portal
Que despojan esperanzas meditadas

Un adiós es un adiós inevitable
Es perder el juego justo de entregarse
Enterrando los fraseos ya imposibles
Que embriagados en los vellos se prolongan
Entre gotas, horas grises, bocanadas

Un adiós es un adiós imprescindible
Si no quedan más palabras que el pasado
Si nos duele ver de lejos todo el mundo
Que recuerda lo perdido al despedirse

lunes

Hada y bruja

Espuma cobriza
Que asciende de su sangre
Desbordando el vino de mi copa

Cigarra en trance
De verso y epítome
Desbocada al cielo en espiral

Relámpago invertido
Brote eruptivo
Despegando en torbellino

Reflejo absorvente
De los ojos al sol
Velando instantáneas de su viaje

Esquiva, inconquistable
Contrapuesta en soledades
Evadiendo ligaduras

Cuando vi llegar
Tu pequeñez apurada
En sorbos de café y confianza
No pensé en tus minutos
Sino en mi eternidad

No cumplí el requisito
De alas maduras para alcanzar
Las estelas o el polvo
De medusas en tus muslos
De tu pubis en fuga vertical

Imagino que tropiezo
En tu cubil como un flash
Otro instante en tu infinito
Otra víctima que reincide
tu poción de canela y sal

Que mis alas maduren
Para en vuelo poder sujetar
Los anhelos de mis yemas
En tu mandala umbilical

Se nos traspapelaron confusos
Los adverbios de tiempo y lugar
Los pronombres conjugados en plural
Los rincones del respiro abdominal

Rezagados nos quedamos en las rieles
Mi ternura, mi esperanza, mi espejismo
En tu seno, tu matriz, tus soledades
Tu vestido electrizado impenetrable

Pues vete!!! luciérnaga fugaz
Deja empañado tu minuto en mi portal
Tu minuto me escarchó toda la edad
Que resulta imprescindible asesinar

Colibrí que abundaste en falsas
Esperanzas, esperas, capítulos
Que retaste a mis ganas claudicar
Absorviste mi néctar y no vas más

A golpear mi ventana
A insistir en besar
Mi mirada iluminada con deseos
De deshojarte y volverte a deshojar

Reflejo

Se me escapa tu boca
De mis comisuras
Las ganas empapadas
En la migaja que deja
El instante guardado

No queda fe
Ni tu mano, ni el aroma...
Se resbaló del hipotálamo
Se disolvió en mis neuronas
Cansadas, de cantar hasta nunca

Pero no demora
En cocinarse el olvido
Bastará quizás otro clavo
De pronto mejor una pinza
Pa' deshojarme tus esquirlas

No preocupes
El alma levantó
Su marcha en tierra
Ahora ya con alivio
Se desenfrena cuesta arriba

No muere el poeta
Porque nació en otra era
En la infantil burla
En la adolescente treta
Y no adultece, se rebela

Por fin lo encontré
Sobrevivió el invierno
De mi joven adulterio
Y en absurdo escondrijo
Me sonríe temprano en su espejo

Ahora acuso recibo
De mis eras engranadas
La orginal auténtica
La aprendida a la fuerza
De buscar imposible
mundo ajeno, inaccesible

Duros treintaitrés
y van ene, de equis vidas
Sólo queda la ignorancia
Y parir de nuevo el firmamento
descubierto al pasar su colina
para sortearla de nuevo

¿Qué me encontrará?
¿Qué resumiré?
Mi reflejo remendado
esbozado en acertijos
taraceado en sortilegios

Miope de lágrimas secas
Catáratas reventadas por tu tedio
Astillaron el cristal de mi espejo
Descompusieron el retrato
Y engendraron mi síntesis

Reflejo de mis barbas
Remojadas de pecados
Reflejo de mis párpados
Entrecerrados de hedonismo
Reflejo de mi espalda
Arqueada en sexo y plegaria
Reflejo de las cruces
Que amamantan mi ceguera

Alguien lo dijo
En son de broma o hipótesis:
"Has caído en cuenta, el reflejo
No es en realidad tan veraz,
mas oposición inversa.
O será mejor pensar
Que al otro lado del reflejo
esta el reflejo original"

jueves

Tu silencio

Sin nisiquiera el susurro
De vocales por mi muesca
Se prologan soledades
en mi gélida alcoba

Se me aturde en la espera
Los pulgares de mis letras
Atropello tu presencia
Con pretextos rebuscados

Aullento a los demonios
Que pernoctan en mi oído
Vaticino más ausencia
Y la disuelvo en la esperanza

De escuchar tu tecleo
En la borda del espacio
De saberte como sea
Aunque sea en monosílabo

Y nada...
El silencio espectral
De tu fantasma en vilo
Entre limbo y firmamento

Osarás reencontrarnos?
Claudicaste en el estrello?
Volverás en carne viva?
O me dejarás adir

tus polillas empolvadas,
los pestillos con aldaba,
la morada entumecida,
el candil envitrinado.

Ausencia

Luego de años, tracé de nuevo, la tangente por tu círculo
Mundo ahora ausente, que apenas rocé.
De donde volví a nacer, volví a amar, de nuevo y al fin
Creí poder, entrar entero para hundirme en tu portal

Pero sólo fue un soplo, que me extrajo mi respiro
Sedentario, vacío, ignorante y perdido
Que me dejó un recuerdo, que me abre a ratos
Sus puertas para espíar en él.

Leí entre líneas, mi ausencia en tu pasado
Mi mayor experiencia, es ahora tu vergüenza
Lo que yo entraño, fue barrido de tu mente
Imprescindible anularlo, aunque duele, lo entiendo.

Y yo, con orgullo latente
Contaba a todos la historia, reviviéndola
Ahora nada, a inventariarme en los olvidos
A tomar el papel, del necio, el imbécil, el verdadero.

El ex-participante, de un instante perdido
El oficinista que conquista el confort
De lunes a viernes, ocho horas de corrido
Aullando el almuerzo, vaneando el dolor

Y te sigo dejando
Velas rojas encendidas
En mi patio trasero
En tu santuario de notas

Que costoso entendimiento
Fui borrado de una historia
Que una vez para mi fue el cielo
Ahora sólo caben derrotas

Debo salir, de mi prisión acolchada
Debo partir, a interpretar mi historia
El pedazo de vida que me falta
Se me ha perdido en tu abrazo

Te pido que lo encuentres, alojado en tus senos
Recógelo tierna, y devuélvelo
En una carta que aleteando
Venga conmigo al destierro

miércoles

Distancia

Escapa de mí
Huyeme, sal corriendo
Quema las palabras
Arrójalas del lamento

Que no encontramos salidas
Para llenarnos los vacíos
Para entrelazar los falanges
Para aterrizar en mutuo puerto

Aléjame
Distánciame,
distorsióname
Defragmenta lo escrito

Empora la muesca
Rellena el cerrojo
Devuelve el aliento
Ajusta el camino

Y parte contigo
A tu mundo divino
Sepáralo del mío
Escóndelo, sumérgelo
En agua negra en petróleo

Para perderte de vista
Para olvidar de cansancio
de esperar que el mensaje
se me rompa en las manos

martes

En medio

Hojas secas que deslizan su caída
Su trayecto serpentino hasta la tierra
Olisqueando los umbrales del silencio'
Abortando la misión interrumpida

Flores secas que empalizan el reverso
De la pálida rutina repetida
Abarrotan el caudal entre mis venas
Desabrochan los ojales de mi pecho

Después del encuentro
Con el burdo y satírico espejo
Empañado de cantarme las verdades
Pesadilla de vapores y destierros

Me retomo, me rearmo, me extrangulo
Me asesino y me conformo en nuevo sino
Adelgazo mis edades en el filo
En el cruce del ayer y lo que viene

En el cruce de vejeces que atesoro
Intersecto las lombrices transeúntes
La crisálida flamante de mi hoguera
El panteón encenegado de mi oficio

Solitario, refraseo mi ignominia
Embarcado en oscilantes medias lunas
Medias vidas que epeculan el ocaso
Insalvable de mi adiós antepasado

No borremos el escueto garabato
Que improvisan nuestros hados a lo lejos
No impulsemos con ficciones nuestro eterno
Redondeo exacervado del futuro

lunes

Etiqueta

Compañera con panela
Panela, pana, pañuelo
Paño, entrañado revuelo
Trabalenguas de mi olvido matinal

Con la pena, nostalgia, final
Desencanto desapego, desmemoria
Este par no pudieron calzarse
Los falanges de sus pies entrelazados

Puñalera, puñazo, puñal
Puya, puyazo, destierro
Auto exilio mi palabra del portal
Aldaba, cerrojo y sello

Miedo, flor del día, pájaro frígido
Flor de piel, antología en mis oídos
Me destierro hasta los nuncas inefables
La verdad me ha expropiado del trapecio

Puño, inesperado golpe ciego
Golpe bajo entre mis cejas insomnes
Estrellado en el umbral de mis temores
Recopilo tus aullidos para hundirlos

Disolverlos
Devolverlos

Río

Río,
con graznidos en compás
Cuando el lloro no acumula su caudal
río, lago o torrente
Y mi estómago suplica en abyección

Río,
Con ladridos guturales disonantes
Evadiendo la tensión cuando me aturde
La armonía, las entrañas o mis sienes
Frente el necio, fanfarrón o al prepotente

Río,
Con punzadas que sacuden el ombligo
En el lapso interminable de un pinchazo
En la mano del doctor o del paciente
Que medican mi niñez abanicada

Río,
Con estoques de mi voz estomacal
Si culmino, desentraño o finiquito
Algún trato, obviedad o desatino
Conciliando sin dejar de reclamar

Y de reír y reír, olvido
El pinchazo, la tensión, el desatino.
Al cabo de unas risas
La nostalgia se desboca en río.

Luciérnaga

Noche invernizada hasta mi infierno
Horizontal, hipnotizada, silente
Vino al negro raso cielo interrumpir
Caminando un insecto intermitente

Polilla electrizada en fuego verde
Adefecio diminuto que incandesce
La vigilia montuna de los buhos
Transmutando la maleza en aeropuerto

Luz bombilla, espolvorea nuestra alcoba
Inframundo donde duermen mis temores
De los labios que recitan en el sueño
Disolviéndolo en mi lengua serpentera

De sus alas se circuitan dos candiles
Dos estrellas fulminadas en encierro
Que rebosan en el borde de su cuerpo
Aleteando el firmamento en celo

Si el misterio no tuviera su ficción
Y del tiempo algún engendro subsistiera
Este bicho con sus luces mordisqueara
De las hadas y los duendes la memoria.

Recogiendo pasos

Ciudad enredada de miradas vacías
Ciudad cuadriculada, aprisonada entre pisos
Ciudad racista solapada, de pureza alienígena
Ciudad desalineada, indemne, agotada

No pudieron entre los muertos
Confabular algún nicho, una clave de entierro
Solo queda, en su pureza un manto blanco
De las entrañas de que brotan de sus senos azules

Ahí, tardé en embelesarme
Entre las rocas de frío vapor
Inmacule los cimientos
De mi columna vertebrada

Me rocié del salpicón
Gélido, ventoso, insípido
Una bruma a destajo me arreció
Como un shaman petrificado, eterno.

Roté sobre mi eje en planetario
Rociando cada poro de mi anhelo
De absorverme en el ánima del agua
Y franquear mi río en otra aura

Con mi duende, reescribimos en las piedras
Por la rieles agotadas de otra era
Dimos cuenta de imposible cruce
Infinito, enterrado en la memoria

Sorteamos rieles, adoquines, pasamanos
Subibajas, espejismos alfombrados
De hojas muertas, tierra seca, intolerancia
Periferia que rodea un mausoleo

miércoles

Provocación

Me provoca
otra vez esa boca
no más instantes
hospedados en memorias

me acelero en tus palabras
tu provocación oscura
tartamudeo el humo
que evaporo en mis temblores

expulso en descontrol
el fragor incandescente
de tus letras demonias
mi extravío y perdición

mañana te prometo, veré
más de cerca a tus duendes
provocaré tu ausencia
en el relieve de tus huellas

¿Cómo poder liquidar,
tu presencia aún doliente?
si no estás, estando
me disuelvo en mi mudez

zarparé desde otra orilla
hacia otro horizonte
y demudar tu nombre hibernado
y exiliarlo de mi cueva

Con el fin, al fin,
de provocarlo.

domingo

Coma

Sin sosiego, un latido, cada hora
En el vientre se enmudecen las entrañas
Y las sienes se globulan en angustia

Pasan horas, que reciclan el pasado
Homogéneas de ciclar en retroceso
Por escenas de imposible intervención

Pasadizos con umbrales infranqueables
Conspirando laberintos sin destino
Se entretejen amagándonos la muerte

Un latido, rememora la agonía
Desorquesta la esperanza, desafina
El transcurso inalcanzable hacia la luz

Así tuvo su camino hacia el entierro
Enchufado artificial ante la duda
De pecar o ser pecado en ambas formas

El mendigo abandonado en una esquina
El herido en un asalto a medianoche
La indigente por el frío atomizada
El suicida anticipando su partida

¿Sólo un fin?, ¿O finales?, preguntamos
Con el miedo de morir en agonía
No entendemos que un segundo es suficiente
La agonía se eterniza en la memoria

miércoles

Otra aduana

En una herida abierta
Desembocan los torrentes
Trepidantes, misteriosos
De fronteras invisibles
De imaginarios límites

En su delta y nube acuden
Desde todos los extremos
Razas, credos, muchedumbres
Carrusel en remolino
Esperanza en oleaje

Expulsados al azar
Parten, zarpan, se desanclan
Para clavarse emigrantes
Boca abajo del mástil
a la mágica incertidumbre

Encontrarán otro amor
Nuevos otros, luego iguales
Se colmarán de otra tierra
En procura de sanarla
Recrearla, recreándose

El tiempo innumerable
Gestará nuevo linaje
Que borrará del instructivo
de traslado algunas voces
Límite, frontera, infranqueable

Y de nuevo partirán
Surcando mar o sangre
A la aduana, punto, encuentro
De una raza unificada
Fusionada, innumerable.

martes

Doble partida

Las cartas dadas...
El diván encendido en regresión
El alma partida en la partida
Doy mi última mano
Para salvar a mi demonio

Lo tuve que dejar, prendado por deudas
Lo tuve que olvidar, apurado en miedos
Pero llamaron a mi puerta
Marcianos barajando pesadillas

Resguardé al niño etéreo,
lo alejé de la redada
Y del alma completa,
partí a encarar la partida

Después de dar las cartas
en la mesa sin vergüenza
Me agoté de palabras
Y aposté por palparlas

Ganando en primeras manos
Perdí más de la cuenta
Cuando los ogros blofearon
Con su realidad ingrata

Luego tomé en mi mano la baraja
Y asusté a los ogros del diván enrojecido
Escapé hasta la puerta y devoré el niño etéreo
Con colmillos de hojalata, con mordidas de silencio

Escapé de los ogros, hechiceras y delirios
Y con mi Yo en digestión
Vomité...
Legítimos y tiernos conejos

En vano

Lloré, para saber
Si de esa forma llamabas
Dormí, para tener
En ficción tu presencia
Partí, para cubrir
El tramo de ti que me queda

Después de tu ida…
Después de tu ida…

Y no sonó, ni timbre, ni auricular y ni alarma.
Y no apareció, tu cara onírica en mi esfera
Sólo quedan, rostros de tu rastro.
La memoria disuelta en la lágrima.

Rastros y memorias, en la gaveta azulada….
Devueltos con sello “sin destinatario”.

Quiebre

Rompo el silencio.
las costuras hilvanadas por tu ausencia.
rompo otro plato.
y reviento la cena en el espejo
rompo la inocencia y premedito
otro atraco a tu silencio solitario

Doblo el colchón
y despierto de mi noche a medias
lo destrozo con un gemido sostenido en vos mayor.

¿Y ahora qué?.
que te queda...
El cigarrillo aspirado a bocanadas.
Las teclas rebotando implacables
sobre tus oídos mudos,
y mis dedos desahogan en los tipos,
el anhelo incontrolable
de tocar tu mejilla.

lunes

Espejismo

Bordeo las calles
Y alucino...
Rastros de ti
En todo rostro

Rastros de tu rostro
Todavía Indefinido
Que recopilo, junto, enredo
Para armar con cada uno mi bestiario


Cabellos, tez, barbilla
Un collage que busca armarse
Dejarse tocar, despabilarse
Para dejar de ser nada

Mejillas, ojos, cejas
No concurren al destino

Miedo a encontrarte
A madejar la realidad

Realidad que me consume
Tú, tu mundo, mi pasado

El futuro, las promesas, la comedia

Las heridas reencarnadas en los labios


Vuelvo al norte, a las raíces que resumen
Los minutos, cada cual con su intervalo
Entre pasos, de neón que se encandila

Quemo el tiempo de desgano rutinario

Hasta el lunes compañera de este sábado
Que pernocta con el tráfico latente
Que se instala en soledades de tumultos
Que me agita en desaciertos de tu rastro

sábado

Duendes personales

Con historias de otro mundo,
O expresiones rebuscadas
Nos fascinan, nos arrancan
Alegrías indomables

Estos niños que nos brotan
De las manos y del pecho
Como fruto, en nuestras faldas
Son resguardo en nuestros miedos

Aprendemos que el tintero
Se convierte en un abismo
Y la tinta que la escribe
Se derrite en nuestros versos

Cicatrizan las heridas
Con un llanto o con la fiebre
Paradoja que nos arma
A enfrentarnos con la muerte

Se nos pierden las palabras
Escasea todo léxico
Para plasmar esta suerte
De los duendes eternos

Se nos cruzan, nos asustan
Nos ahuyentan de su mundos
Nos dan cuenta muy seguros
Que en sus juegos no cabemos

Y de lejos, espiamos
Muy discretos su terreno
En sus cantos nos mecemos
Jubilando interrogantes

Cuando llevan de la mano
A pasearnos los anhelos
Son el faro más humano
Que podrá encontrar velero

Y es entonces, que caemos
En su juego más astuto
"Esos viejos no entendieron!!!
Que ellos no nos escogieron

Que nosotros, más eternos
en el principio del tiempo
Señalamos su destino más viejo
Con un soplo en cálido aliento

Les trajimos a su edad,
A nacernos de la mano...
Dos edades, un encuentro.
Ya que ellos
también con nosotros salieron".

jueves

Alunizaje

El fin del alunizaje
De la luna de piedra pomez
Remellado el astronauta
Abollado el transporte

Ni migajas quedan
De los precoces instantes
Corazones de agua mala
Pernoctaciones sin alma

Auguro a tu espina
Encontrar donde clavarse
Cardumen globular
De tu filo diamante

Corazones secos
De cemento, neón, tiniebla
Golpeteo concomitante
Por mi culpa, por mi culpa

Ajusto el cinto para sorber
De los maizales vendimias
De los placeres la dicha
De la poesía mi muerte

No seré, fama ni enmienda
Seré homenaje en vida
En silencio, en partida
Barro el rastro y la huella

Entonces el homenaje
Será sobre el vacío
De la inhabitada presencia
De la vanidad deprimida

ANDAR ES ANDAR

Uns promesa, dos derrotas
Tres compromisos, dos heridas.
Varios sollozos, cero salidas
Tres pequeños y una sonrisa

El puerto despide
El trajín inefable del velero
La estación anuncia
La salida del vapor

Nos veremos en otra orilla
En otra parte
Del mundo desbocado
De las aceras taciturnas

Cada cual con su manía
Canta Caetano y su vendimia
Y la mía se alimenta
De palabras abusadas

No cuento el segundero
Lo deslizo por mis venas
Reconfirmo los latidos
Con retazos de esta vida

miércoles

Nuevas zuelas para andar

Aspirando el polvo del pelaje
se descalza el andar agazapado
las horas se convierten sutiles
en somnolente compás

remendando cicatrices
magullando heridas
dejando vestigios inflamados
de las sacrílegas luchas

y avesado, cruzas el umbral
tocas, palpas, te involucras
será inútil intentar recuperarse
pues nos quedan marcados, indelebles
cicatrices y retazos profundos

dejaremos los marasmos
las gulas, los santuarios
repetiremos invencibles
a boca entera nuestros nombres

porque el mundo está
entre el agua y el cielo
y nos faltan alas
para librárnoslo

martes

TARDE NUBLADA

Sigo sin querer alimento,
parto las trufas del inquieto
almíbar perfumado de mis cienes
simulando digestión, atomizando apetitos.

Pernocta la luz, lacerada en la tarde
Que se resume de grises perentóreos
Para reclinarse por la noche en el abismo
Y burlar el sueño entumecido

A plantarse como el ente apantallado
El infame enloquecido ante el espejo
Los gemidos, anudados por reflejos
Las angustias alumbradas por el llanto

Riego con ficciones los rescoldos
Así humeo con desgano el desde ahora
La obsidiana diamantada en que ha quedado
El corazón esponjado en hace rato

Salto al vacío, que culmina seguro en piso
A morder la tierra o las alfombras
Para partir desde el fondo
Del gran cieno atnicuario de mis sendas

Pulso 2

Tu memoria vengue a pedradas, contra los cristales...

Así me toma por sorpresa, Sabina de este rutinario día, retomo este espacio, el otro se volvió demasiado lacónico, creyendo quizás que así puedo elevar el vuelo de palabras, que es mi alimento diario..., levar anclas aunque el naufragio sólo permita levantar arena y no el viaje.

Una vez pasé por esto, de recoger poemas en las cosas más ínfimas, en intimarme y sintonizarme con los mensajes ocultos y etéreos que cada escena vivida me regalaba, y me regocijé en los versos que cada situación arrojaba, como un almohadazo en medio de la noche, la noche de la rutina, la noche aprisionante de los demás que como torbellino de ansiedad te rodean de compromisos y obligaciones.

Puedo declararme culpable, puedo demorar en silencio la traslación intermitente de mis palabras, puedo declararme inocente y salir en fuga a la praxis, pero es la cuerda floja, el eterno balance, de la poesía y la poesía hecha acción, sin él, el corazón se marchita, el alma se vela, la sonrisa sincera, se desvanece tanto como el abrazo y la misma palabra, cuando sale de cada boca.

Lanzo estas palabras, para cualquier escuchante, para el recuerdo, o las tumbas digitales, pero sigue siendo mi espacio propicio, anónimo, simbólico, este dominio de dos, donde no interesa interesar a nadie.

El diario no hablaba de ti, sigue Sabina, y ahora Estrellitas y duendes también se vuelve de nuevo otra escena donde encuentro alguna referencia de este estado en poesía, como en coma, como en constante desvanecimiento, esta sensibilidad, a flor de piel, que me desarma, para ser más fuerte, a golpes de palabras, es una droga, es una sensación, un aróbico de la mente ¿Como volcarlo a la irrealidad del presente?, ¿Cómo frivolizarlo? En las conversaciones frecuentes. En las tareas diarias. Quedarme sedado lo decido, por mi mismo, por mantener la cordura, por evitar los encierros, por prolongarme el entierro.

Calvino me puso alguna vez alguna guía para aventurarme en este nuevo siglo, y poner quizás hallar la fórmula: levedad, rapidez, visibilidad, multiplicidad, exactitud y consistencia, es decir, librar por la borda todo romanticismo, discurso, comedia, retórica. Decir lo justo pero con conciencia mucho más severa. Y qué hacer, te esforzás, perdés, te cansás... ¿Que ganás?. Pero hay que levantar la mirada, y cruzar de un salto la baranda, para salir a toda máquina, a dar encuentro a una musa y mostrarla real, palpable, y de mi formas desdibujarla vorazmente, con un sólo trazo si es posible, o con los mínimos permisibles, y dejar de lado la miríada de detalles.

Hablando de levedad...!.