Lloré, para saber
Si de esa forma llamabas
Dormí, para tener
En ficción tu presencia
Partí, para cubrir
El tramo de ti que me queda
Después de tu ida…
Después de tu ida…
Y no sonó, ni timbre, ni auricular y ni alarma.
Y no apareció, tu cara onírica en mi esfera
Sólo quedan, rostros de tu rastro.
La memoria disuelta en la lágrima.
Rastros y memorias, en la gaveta azulada….
Devueltos con sello “sin destinatario”.
martes
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