Con historias de otro mundo,
O expresiones rebuscadas
Nos fascinan, nos arrancan
Alegrías indomables
Estos niños que nos brotan
De las manos y del pecho
Como fruto, en nuestras faldas
Son resguardo en nuestros miedos
Aprendemos que el tintero
Se convierte en un abismo
Y la tinta que la escribe
Se derrite en nuestros versos
Cicatrizan las heridas
Con un llanto o con la fiebre
Paradoja que nos arma
A enfrentarnos con la muerte
Se nos pierden las palabras
Escasea todo léxico
Para plasmar esta suerte
De los duendes eternos
Se nos cruzan, nos asustan
Nos ahuyentan de su mundos
Nos dan cuenta muy seguros
Que en sus juegos no cabemos
Y de lejos, espiamos
Muy discretos su terreno
En sus cantos nos mecemos
Jubilando interrogantes
Cuando llevan de la mano
A pasearnos los anhelos
Son el faro más humano
Que podrá encontrar velero
Y es entonces, que caemos
En su juego más astuto
"Esos viejos no entendieron!!!
Que ellos no nos escogieron
Que nosotros, más eternos
en el principio del tiempo
Señalamos su destino más viejo
Con un soplo en cálido aliento
Les trajimos a su edad,
A nacernos de la mano...
Dos edades, un encuentro.
Ya que ellos
también con nosotros salieron".
sábado
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