Retomar el camino
La noción, el espacio
El punto de partida
Cambiar lágrimas
Y alfombras vejadas
Por flores y mistelas
Por bailes y licor
Pausados en olvido
Abrigando horizontes
Absolver el futuro
Del pecado pasado
Anticipar los pasos
Arrojarlos en ritmo
El reloj sigue
Empañando compañías
Y se ajusta al horario
Sin filtrar más soledades
Morder cosquilleando
Los ombligos infantes
De la propia incomparable
Carne, hueso y porvenir
Improvisando juegos
Ilusiones o venturas
De la mar y su borde nutridas
El sur o norte navegando
Siempre está, nunca se mueve
Así, como diciendo
De esta forma o manera
Lo propicio nos enfrenta
Lo contrario nos afecta
Y que importa la secuencia
Repetida de vivires
Transeúntes del espacio
Sin rastro ni seña
Que se jactan de morales
Poseídas por herencia
Es que vinimos parcos
A servir de espectadores
De la escena sin sentido
Que gobierna en nuestra ruta
Que pernocta en nuestra mesa
Que nos cobra la receta
Que nos quita los insomnios
Embocando nuestra boca
Con discursos revueltos
En fracasos confesos
Ahí les dejo candidatos
A lo mismo de siempre
Yo me quedo mordisqueando
Los ombligos abismales
Merodeando irreverente
Mis orillas fugaces
De mis vidas satélites
Adecúo el calendario
La semana, el obituario
De los muertos en vida
Que todavía se me escapan
Como arena de los dedos
Sólo queda mordisquear
Mientras sólo se pueda
Los ombligos infantes
Para dormir en su abismo
Para soñar en sus voces
Que arrullan mi desvelo
A golpe de instantáneas
Que pernoctan en mi cama
Que sacuden en mis lienzos
Los colores
Las notas
La memoria
De que vivo buen vivir
Por vivir para verlos
En su abismo reluciendo
Como estelas polares
Embriagados de tierra
Acunados en el mástil
De sus nuevas aventuras
Pequeñas, de oropel
Infinitas de papel
Que me asaltan atrevidas
En mi mundo suspendido
domingo
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