El recodo de la esquina
La vereda, los umbrales
Aplaca a borbotones
La hoguera que flamea
A los aún flamantes
Recuerdos encendidos
Ahi resurgen
Del beso aún
Al rojo vivo
Los labios que amantes
Se rebelaron valientes
De cualquier imposible
Y fue justo
Luego de enjugar
Con saliva el cielo
Que tuvimos que abrazar
Los abismos personales
Y sin salida
Y sin despegue
Nos embarramos en barro
Modelando las vasijas
Donde ahora pernoctamos
Cada noche, cada insomne
Ovejas numeradas
Desfilando en bocanadas
O disueltas en lágrimas
Vientre de diamante
Hielo, escarcha y nieve
Escupiendo ratones
Tiritantes, gélidos
De soledad infranqueable
Caída eterna al vacío
Suicidio en coma interminable
Montado en el regazo
De soledad desbocada
Borrachera en llanto
A medio sol y luna llena
Catársis de ausencia
Recitada en un nombre
Duplicado inimitable
De los posibles amores
Vaya, siempre imposibles
Y el anhelo inconsolable
Que se van, sin explicaciones
Más que las que dan
Amordazadas en las solapas
En mitad del último abrazo
O del último tango,
o del último bus
En espera de exhalar
Este último aliento
Que nos deja quietos
Fríos y latentes
Mientras poco a poco
Prendidos se extinguen
domingo
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