lunes

Sordo y ciego

El aroma de un árbol
lo toca la piel
los dedos hablan
dialogan, ríen

La densa niebla
condensada en las pupilas
de telón, una bulla sin pausa
espesa el silencio

Pero libre, libre de todo
de la belleza maquillada
del prejuicio nefasto
Dios, omnipotente en sus falanges

Repletos de palabras
silentes, táctiles
mareas de fonemas
jamás pronunciados

Librado de mirar, de oír
Él estalla transparente
en la risa de Ella
bella, insólita, inmensa

Luego el mar aterriza
fecundando la piel
de cosquilleos fríos
caracoles espumados en los pies

Y aman, en sus destinos
diáfanos, eternos
reposando sus anhelos
en el rocío inverosímil

Si nos arrancasen
lo que vieron nuestros ojos
la verdad sonaría musical
y la tocaríamos

como una sonata
como una canción
detrás de los ojos
grabada en los poros

Usurpadores ahorcados

Miedo
Así nomás
Sin artículo ni adjetivo
Que se escabulle en nuestro torrente
De sangre licuada en temblores

Miedo
Que caíste del infierno a la plegaria
Que derrotaste el coraje primigenio
Gen egoísta del futuro incierto
Matas y mueres en las calles mojadas

Miedo
Que por tu causa violas y asesinas
Ahorcando nuestro libre albedrío
Desolando las ciudades vespertinas
Aplacando de la vida su llama

 Miedo
Otorgado a los que usurpan
la vida, la ternura, el encanto
Escúrrete de nuestro sino hoy
Líberanos del asesino animal

Miedo
Demonio silencioso en las vísceras
Posesión heréjica de la libertad
Córtenme las venas si hace falta
Pa' despojarme este mal

Carrete sin fin

La cometa y el carrete
se olvidaron entre ellos
el hilo no cede
se estiró años luz

En su cola de hilvanes
una madeja enredada,
confusa, intenta descifrarse

En esos días las palabras
deberían mudarse de aire
ser inhaladas, silentes

Para sostener el viento
para elevar las nubes
para perderse
para encontrarse

La cometa astronauta
divisa la tierra
sin olvidar
qué lo sostiene

y el carrete pendula
estrellándose aturdido
intentando recogerse
para alcanzar su mismo cielo

Carrete caracol
de planetas caminante
se recoge, se abre
para darle alcance

Cometa escurridizo
jaiba de arena lunar
refugiándose en las estrellas
para convertirlas en surcos

¿Seguirá el carrete
buscando el norte
para estrellarse
con sus propias narices?

¿Seguirá el cometa vacilante
escapando del hilo que hala
hacia sí su carrete
marioneta gemela?

Sin caer en cuenta
saben lo que hacen
vuelan, sin caer
en cuenta, saben
como se pertenecen.