Es abril, siendo marzo
chispea y las paredes
recogen trenes en descenso
que se estrellan y engordan
dejando su estela
como puntos suspensivos
como hijos sucesivos
El ajetreo difumina nubarrones
que escalan las terrazas vestidos
con su traje empañado,
para bailar en el aire
atardecer las veredas
y pausar los ajetreos,
en una instantánea de trueno
Y en solitario, los padres
los hijos, los hermanos
parecen esfumarse
con la niebla lamidos
Y en parejas, tríos, quintetos
Las madres, con sus crías hermanas
Invaden la quietud, trizándola
con su encanto de voces
Llegará la noche
Con la plena certeza
de suceder a la tarde
jueves
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